27 de junio de 2011

¡Qué poca FE!

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: -«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!» Él les dijo: -«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!» Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma. Ellos se preguntaban admirados: -«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»