3 de noviembre de 2011

Pertenecer a la LUZ..

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo:
“¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador”.
Entonces el administrador se puso a pensar:
“¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan”.
Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó:
“¿Cuánto le debes a mi amo?”
El hombre respondió:
“Cien barriles de aceite”.
El administrador le dijo:
“Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta”.
Luego preguntó al siguiente:
“Y tú, ¿cuánto debes?”
Este respondió:
“Cien sacos de trigo”.
El administrador le dijo:
“Toma tu recibo y haz otro por ochenta”.
El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz».