26 de marzo de 2010

Y aquel día decidieron darle muerte..

En aquél tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: - «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.» Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: _ «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.» Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: - «¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo

4 comentarios:

  1. Acompañemos al Hombre..
    Vivamos con Él la certeza de su verdad:
    el hombre ha sido creado para ser de Dios,
    para ser perfecto..
    Y hemos de tensar la historia,
    y el universo entero, para conseguirlo..

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  2. La salvación que Jesús ofrecía, no
    coincide con la salvación que
    esperaban los sumos sacerdotes y
    fariseos, tenían miedo a: ser menos,
    tener menos poder, perder influencia
    social…
    ¿Nos está pasando a nosotros lo mismo?

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  3. Formarse la conciencia es un aspecto
    importante y necesario en la vida.
    Nos capacita para distinguir lo justo
    y lo bueno frente a lo que no lo es.
    Cuando relegamos nuestra conciencia
    a la autoridad (cualquier autoridad)
    sólo porque así se la valora, o por
    pereza, corremos el riesgo de
    traicionar a Jesús.

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  4. Como dice el Evangelio, os conviene que uno muera “por el pueblo”. Y el pueblo somos nosotros, tú y yo. No podemos asistir impasibles al espectáculo, tenemos que sentirnos implicados. Al menos, debemos estar a su lado, seguir sus pasos, acompañar a Jesús en la entrada a Jerusalén, , en su camino al Calvario, en la espera del sábado…y en el triunfo de la Resurrección.

    Jesús muere para darnos vida a nosotros. ¿Cómo acojo yo esa vida?

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