24 de octubre de 2010

Del mercadeo a la gratuidad..

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

2 comentarios:

  1. Señor, ten compasión de esta pecadora.
    Todo lo que soy es gracias a tu Amor gratuito.
    Ya no tengo que preocuparme de méritos,
    sólo tengo que responder a ese Amor que
    Tú me das. GRACIAS.

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  2. El seguidor de Jesús no es el “perfecto”, sino el que necesita a un Dios que le ame sin merecerlo.
    Cuando descubra y experimente que ”EL” me quiere como soy, reconoceré mis limitaciones, mis fallos ,mis alegrías ,mis ilusiones........
    y lo necesario que es fiarme de EL .
    No tengo que preocuparme de meritos ni virtudes
    Todo lo que soy depende del amor gratuito de Dios y de que yo me ponga en “SUS “manos.

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