11 de noviembre de 2010

El que pretenda guardarse su vida la perderá..

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre.
Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva.
Acordaos de la mujer de Lot.
El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará.
Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán. »
Ellos le preguntaron:
-«¿Dónde, Señor?»
Él contestó:
-«Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»

3 comentarios:

  1. Hay cosas que parecen pertenecer a la esencia del ser humano,
    más allá de culturas y siglos..
    En todos y siempre hay algo que nos empuja
    a una cierta inercia, a una cierta rutina natural:
    comer, beber, casarnos, comprar,
    vender, sembrar, construir, recoger..
    Y así, un día, otro día, otro más..
    Y no parece que el problema esté sólo en hacerlo
    sino en cómo lo hacemos,
    en el espíritu que anima y alimenta esa vivencia diaria..
    Se trata de remirar la vida y ponerle alma..
    Seguir haciendo lo que hago,
    pero poniéndome del todo en cada cosa..
    Es decir, sin guardarme, dándome del todo,
    regalándome del todo..
    Porque sólo así se "gana"..

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  2. La presencia de Dios en nuestras
    vidas es un acontecimiento
    deslumbrante: Vemos la vida de
    modo distinto, la vivimos de modo
    distinto.
    Con Dios nos sentimos liberados
    de las cosas de este mundo para
    vivir una vida mejor.

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  3. El pasado lo llevamos dentro de nosotros lleno de recuerdos
    El futuro no lo conocemos, solo nos queda el presente.
    No podemos dejar de vivir el presente que tenemos.
    Es nuestra oportunidad para ser felices, para amar, crecer, disfrutar, para construir el Reino.
    Jesús nos hace ver, la única forma valiosa de vivir, lo único que nos puede hacer verdaderamente felices: compartir lo que tenemos y lo que somos, sentirnos hijos y hermanos, de una misma Padre
    Eso es lo único que vale la pena. Lo demás es perder el tiempo, se escapa, se pierde……

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