1 de noviembre de 2010

Fieles Difuntos..

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»

4 comentarios:

  1. Recuerdo con mucha ternura
    lo q dijo Jesús en el funeral
    de mi padre:
    "El sepulcro de los muertos
    es el corazón de los vivos.."
    El Dios de Jesús no es un Dios de muertos
    sino un Dios de vivos..
    Él murió para darnos a todos la VIDA..
    La vida d verdad, la q no termina..
    La q no sabe d dolor ni d injusticias..
    Recordemos hoy con cariño a los q se fueron
    sabiendo q son felices en SU PRESENCIA..
    Dejemos q la Palabra de Dios nos penetre el corazón
    y nos haga vivir permanentemente en la esperanza..

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  2. Yo soy camino. Te hiciste camino para que yo pueda recorrerlo también.
    Yo soy verdad. Plenamente hombre, autentico .Es lo que tengo que ser yo, autentico ,sin dobleces….
    Yo soy vida, la misma Vida de Dios, que se le dio a El,y a través de EL, se nos da a nosotros.
    En el corazón de Dios, todos tienen cabida, hay sitio para todos.
    El dolor de la muerte, se cambia en esperanza.
    Gracias Señor

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  3. Yo lo veo así: los muertos están en Dios
    y Dios está en cada uno de nosotros,
    luego nuestra vida es una prolongación
    de la suya.
    Pero todavía hoy en misa hemos pedido
    por "Las ánimas del purgatorio".
    ¿No es una pena?

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  4. Todos y cada uno estamos en el mundo
    para cumplir la voluntad de Dios.
    La voluntad de Dios es que todos
    tengamos una vida plena, aquí y en
    lo venidero.
    Todo lo que hacemos para mejorar
    la vida de los demás es, por tanto,
    voluntad de Dios.

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