8 de noviembre de 2010

Un templo de PIEDRAS VIVAS..

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.» Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo habla dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús

4 comentarios:

  1. Ese edificio no vale nada,
    no pasará de ser un museo o un almacén,
    dependiendo de su nivel artístico,
    si no está animado por una comunidad de piedras vivas,
    de creyentes,
    que transforman el edificio material en un lugar lleno de vida,
    en un faro iluminador, en una fuente de esperanza..
    La comunidad cristiana, allá donde se reúna,
    es el verdadero templo, signo,
    de la presencia de Dios en nuestro mundo..

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  2. ¿Todavía sigo comerciando con Dios?
    ¿No soy del todo consciente, que Dios
    me lo ha dado ya todo?
    Sólo tengo que responder a su Amor,
    con el Amor que Él es en mí.

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  3. La religión no puede convertirse en el
    lugar donde comprar nuestra entrada o
    salida del cielo a base de buenas acciones
    -dando tanto para esto y tanto para lo otro-
    No nos salva tanto lo que damos o hacemos,
    cuanto la capacidad de entablar una relación
    vital con Dios que nos lleva a vivir
    comprometidos con el mundo.
    Dios quiere amigos, no negocios.

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  4. Yo soy ese templo que tu edificaste para vivir en el.
    Lo he convertido tantas veces en mercado.
    Señor te ofrezco mi vida , haz de de mi un instrumento de tu gracia y de tu luz.
    Que se cumpla en mi tu palabra.

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