18 de febrero de 2011

Q bien se está aquí!!!

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: -«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Le preguntaron: -« ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Ellas? » Les contestó él: -«Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Ellas ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.

4 comentarios:

  1. ¡Escuchadle a él!
    no es oír y aprender lo que ha dicho,
    sino empaparse de lo que ha vivido
    para vivirlo nosotros.

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  2. Los apóstoles vieron a Jesús como realmente era.
    Nosotros no debemos dejarnos engañar,
    Hemos de ver realmente lo que somos,
    A pesar de todo el maquillaje que llevamos puesto,
    Solo la oración puede ayudarnos a ver la realidad,
    Mira al fondo de tu corazón,
    desde allí surge la luz que necesitas para ver.

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  3. Jesús es la presencia de Dios entre los hombres.
    Su palabra es la humanidad llevada a plenitud.
    Escucharle es transformarse en El.
    Llevar una vida como la suya.
    Vivir esa presencia que está en mí.

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  4. ¡Escuchadle! Es la palabra clave.
    A Moisés y a Elías los habéis
    escuchado hasta ahora.
    Llego el momento de escucharle
    a Él solo.

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