18 de enero de 2012

Les prohibía que le diesen a conocer..

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacia, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

2 comentarios:

  1. Jesús se retira del tumulto de la sinagoga a la orilla del lago, al lugar tranquilo, del trabajo, el lugar de la llamada.. Le sigue una gran multitud, lo necesitan.. Me pregunto por qué a nosotros nos falta a veces esa pasión por Jesús.. ¿Es que sólo en situaciones límite de la vida despierta nuestro deseo por Él? ¿Es que estamos tan acomodados creyendo que lo tenemos todo que ya hemos dejado de buscarle? Me gustaría que en nosotros se despertara el deseo de “apretujar” a Jesús, como la multitud de hoy..

    ResponderEliminar
  2. La religión interesa a la gente cuando responde
    a sus necesidades. La religión de Jesús no tiene
    nada que ver con la religión del templo, ni con
    los sacerdotes. A la religión del templo les
    interesaban tres cosas, las ceremonias sagradas,
    la sumisión de los fieles, el dinero de la gente.
    A Jesús le interesaban otras tres cosas: que la
    gente tuviera salud, que tuviera para comer, y
    que tuvieran buenas relaciones humanas.
    Cuando la religión se entiende así, desaparecen las fronteras, las diferentes culturas, la distancias religiosas.

    ResponderEliminar