1 de diciembre de 2009

Siete PANES y dos PECES..

En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
- «Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.»
Los discípulos le preguntaron:
-«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?»
Jesús les preguntó:
- «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron:
- «Siete y unos pocos peces.»
Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.

3 comentarios:

  1. Hoy en nuestras manos está que se produzca el milagro..
    Que lo imposible sea posible..
    Una vez más lo que viene de Dios
    es para todos los hombres, nunca se acaba..
    Es una fiesta sin fin..
    Nunca pasamos “hambre” porque Dios
    nos da todo lo que necesitamos y más..
    Siempre sobra(12 canastos)..
    Dios se multiplica, está en todos los minutos de nuestra vida..
    Te toca actualizar el milagro:
    Estás lleno porque Dios te hace pleno..
    Da de comer, eres el discípulo que reparte las cestas..
    Tu eres el pan en el que Dios hará el milagro..

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  2. Si, en mis manos está el milagro, yo me pongo ante Dios, le digo "utilizame", haz en mi tu palabra, pero no puedo, no me dejan, me empujan, me ignoran, creen que estoy loco. No me importa que se rian, ni que me empujen, ni que me ignoren porque Dios me da la fuerza para continuar, la comida que necesito, y continúo,pero no veo el milagro, nadie lo ve, y aunque nadie lo ve, el problema es que yo tampoco lo veo,y entonces vienen las dudas..... seguiré en ello, no pienso desistir, quiero actualizar el milagro,pero soy tan pequeño.....

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  3. Dios nos lo da gratis y todo el alimento que cada uno necesitamos, es como una abuela, siempre nos quiere ver satisfechos con la comida, y cuando, nuestro plato bien lleno toca compartirlo con la gente que queremos, todo va muy bien, pero ¡ay! como cuesta cuando el que está sentado a nuestro lado no nos cae bien o cuando nos está haciendo daño. Padre, que no juzgue al que tengo junto a mi, hay que darlo gratis tal como lo recibí para que se multiplique. Ad finem fidelis, fieles hasta el fin.

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