22 de marzo de 2010

Cuando levantéis al hijo del hombre, sabréis que yo soy..

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: - «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.» Y los judíos comentaban: - «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?» Y él continuaba: - «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo SOY, moriréis por vuestros pecados.» Ellos le decían: -«¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: - «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.» Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.» Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

4 comentarios:

  1. En la cruz te manifiestas, Señor..
    En ella me das la oportunidad de reconocerte
    como Señor del Ser,
    origen de toda existencia..
    Mirar y comprender hasta dónde es capaz
    de llegar Dios por amor a los hombres..
    Una mirada de fe..
    Y un corazón agradecido..

    ResponderEliminar
  2. Sentirnos solos en los trances
    más amargos de la vida, impotentes
    ante lo que nos ocurre, es una
    experiencia angustiosa.
    Pero no responde a la realidad:
    el Dios que nos creó está siempre
    en nosotros y con nosotros.
    Lo que nos pide ahora es que le
    dejemos ser Dios.

    ResponderEliminar
  3. Deshacerse de todo lo que
    somos humanamente, para
    dejarse hacer por lo que
    de Dios somos, le costó
    a Jesús la cruz.
    No podían aceptar un Dios al
    servicio de los seres humanos,
    y además, que también fuera
    de los marginados.
    ¿Y nosotros?

    ResponderEliminar
  4. Quiero creer en Ti, Señor, pero mi fe es frágil.
    Quiero seguirte, pero mi debilidad me puede.
    Sé que a veces me alejo de ti, pero Tú no me dejes, no permitas que me aleje Ti.

    ResponderEliminar