15 de abril de 2010

DOMINGO.. La pesca milagrosa..

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.» Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad,» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

2 comentarios:

  1. La palabra de Dios es constante
    y va más allá de nuestras debilidades..
    De nuevo los discípulos vuelven a pescar
    tantos peces que casi no pueden con la red..
    De nuevo Simón Pedro se deja
    llevar por el entusiasmo y salta de la barca..
    Pero esta vez no flaquea..
    Ha aprendido la lección..
    Se trata de “confiar”..
    Así de sencillo..
    Y de difícil a la vez..

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  2. Si vivo la presencia de Jesús dentro de mí, lo descubriré en los acontecimientos de la vida. Si pongo amor en las cosas que hago, estaré haciéndole presente en lo que hago. La clave está, en mi actitud ante las realidades de mi vida . Su palabra me ofrece un gran mensaje de esperanza: estoy "en medio del mar de la vida", y tengo puesta mi mirada en Jesús ,que me espera "en la orilla", y me invita a seguirle. Descubrir su presencia, es mi tarea diaria.

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