21 de julio de 2010

Santa María Magdalena..

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.


Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde habla estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»

Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»

Jesús le dice: «¡María!»

Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»

Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»

María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

3 comentarios:

  1. No es lo mismo que alguien pronuncie
    nuestro nombre a que no sea pronunciado..
    María reconoce la Presencia..
    En el momento que lo descubrimos todo cambia..

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  2. Hay momentos en la vida en lo que todo se desmorona, que todo parece terminado. Una enfermedad, la muerte, o una decepción son cosas que nos pueden llevar a la apatía o a tirar la toalla para no complicarnos la vida Pero, el encuentro con una persona amiga, nos muestra otros horizontes.
    El encuentro con Jesús va rompiendo esquemas, nos libera de ataduras absurdas. Jesús un ser profundamente humano que se deja querer por quien busca su compañia.

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  3. No es fácil reconocer la presencia
    de Dios en nuestras vidas.
    Cuando miramos nuestra vida y
    nuestro pasado con sinceridad
    ante Dios, descubrimos que Jesús
    ha caminado con nosotros.

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