28 de abril de 2010

..el que recibe a mi enviado, me recibe a mi

Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:

«Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; y el que a mí me recibe recibe al que me ha enviado.»

2 comentarios:

  1. Recibirte es lo que quiero... abrir sin miedo mis puertas, dejar que tu la fuerza de tu viento acaricie mi ser, que la luz que hay al otro lado de la ventana entre en mi corazón y la llama que mantiene encendida y viva mi Fe luzca con más intensidad que nunca...

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  2. Cuando la medida del comportamiento
    somos nosotros mismos, nos ponemos
    en lugar de Dios y nos convertimos
    en jueces del universo, alejandonos
    de nuestra misión de ser mensajeros
    del Evangelio.

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