18 de agosto de 2010

¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

-«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
"Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido."
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
"¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?"
Le respondieron:
"Nadie nos ha contratado."
Él les dijo:
"Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:
"Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros."
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
"Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.
Él replicó a uno de ellos:
"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿0 vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?'
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

5 comentarios:

  1. Quiero enfrascarme en el trabajo de la Viña..
    Quiero contratarme lo antes posible..
    Y disfrutar de la vida de Dios..
    Por experiencia sé q contra más doy,
    más feliz soy..
    Así es la lógica de Dios..
    Ni últimos, ni primeros..
    Al poder ser HERMAN@S..

    ResponderEliminar
  2. Dios es para todos igual..
    Para todos es amor, “don” infinito.
    Dios ya nos lo ha dado todo desde el principio. Debemos darnos cuenta de que no hay nada que esperar y abrámonos a su “don”, que es ya una realidad, aunque no lo hayamos descubierto.
    Intentemos descubrir que el amor que Dios me tiene nunca puede tener su fundamento en mí, sino sólo en Él.
    No tenemos que amar para que Dios nos ame,
    sino amar como Dios nos ama y porque Él ya nos ama desde el principio.

    ResponderEliminar
  3. Quien no ama no conoce a Dios, porque Dios es “amor”.
    Para poder imitar a Dios, primero debemos conocerlo.
    Lo que Jesús intenta es llevarnos a ese descubrimiento del verdadero Dios.

    ResponderEliminar
  4. Todos nuestros esquemas se tambalean
    cuando hace su aparición el amor libre
    e insondable de Dios.
    Nos parece que Dios tendría que dar
    a cada uno su merecido, menos mal
    que el amor de Dios es infinito y sabe
    entenderse bien con esas personas a
    las que nosotros rechazamos.

    ResponderEliminar
  5. Se nos han concedido tantos años
    de vida para que aprendamos lo
    que significa ser santos y para
    que logremos ser como Jesús.
    Nadie aprende esa difícil lección
    de manera inmediata. Es un proceso
    tan largo como la vida, que nos
    lleva a todos a la misma plenitud
    -si nos dejamos conducir-, aunque
    sea por caminos diferentes.

    ResponderEliminar