Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres".
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Si la nota dijese:
ResponderEliminaruna nota no hace una melodía...,
no habría sinfonía...
Si la palabra dijese:
una palabra no puede hacer una página...,
no habría libro...
Si la piedra dijese:
una piedra no puede levantar una pared...,
no habría casa...
Si la gota de agua dijese:
una gota de agua no puede formar un río...,
no habría océano...
Si el grano de trigo dijese:
un grano no puede sembrar un campo...,
no habría cosecha...
Si el hombre dijese:
un hombre no puede salvar la humanidad...,
nunca habría justicia..., ni libertad..., ni paz..., ni dignidad..., ni felicidad...,
ni fraternidad..., ni amor..., sobre la tierra de los hombres...
Como la sinfonía necesita de cada nota...,
como el libro necesita de cada palabra...,
como la casa necesita de cada piedra...,
como el océano necesita de cada gota de agua...,
como la cosecha necesita de cada grano de trigo...,
la Humanidad entera tiene necesidad de ti...,
allí donde estés..., único..., irremplazable...
Pues..., mira...
HOY..., JESÚS..., TE LLAMA A TI...
¿A QUÉ ESPERAS PARA SEGUIRLE?...
Donde hay verdadero amor, allí está
ResponderEliminarel Reino-Dios.
Ese Reino está ya presente en Jesús
que fue capaz de amar como Dios ama.
Jesús nos invita a experimentar y
mantener la misma relación que él
mantuvo con Dios.
No hay que dejar nada,en todo lo que hacemos ,o
ResponderEliminarcomo actuamos.....ser capaces de encontrarnos con el Señor.
el esta en todos nosotros, y en lo que hacemos...lo importante es descubrirle.