En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si
supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un
boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis
viene el Hijo del
hombre.»
Pedro le
preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por
todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el
administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su
servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a
quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá
al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en
llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y
emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo
espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El
criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra
recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo,
recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le
confió, más se le exigirá.»