Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Si por algo se caracterizan estos días de Navidad
ResponderEliminares porque son días de vivencia familiar y
precisamente hoy se nos invita a contemplar,
valorar, revisar y profundizar
en esta realidad que todos vivimos: LA FAMILIA..
Y es que, es en la familia
donde el ser humano aprende a hacerse persona,
es en la familia donde aprendemos a querer,
a perdonar, a comunicar, a compartir
y aceptar ser queridos no por lo que tenemos
sino por lo que somos...
Es en la familia donde aprendemos a amar gratuitamente..
Es en nuestra familia de sangre
y en nuestra FAMILIA PASIONISTA..