En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: -«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice: -«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica: -«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. »
Necesitamos ser humildes,
ResponderEliminarpedirnos unos a otros como
hermanos lo que necesitamos,
y Dios, que está en todos
nosotros nos lo puede conceder,
si dejamos que sea Él quien
actúe a través nuestro, como
Jesús se dejó hacer por su padre
Dios.
Jesús es el rostro de Dios en
ResponderEliminarla tierra.
Él nos muestra el corazón de
Dios: un corazón lleno de
compasión, de perdón y de amor
por todos.
Querer parecernos a Jesús es
comenzar ya a ser lo que Dios
quiere que seamos: compasivos,
llenos de perdón y amor hacia
los demás.