En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.» Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado.» Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Dejarme tocar por el Padre..
ResponderEliminarEntrar en contacto..
Y recibir la VIDA..
El jefe de los judíos nos recuerda
ResponderEliminarque, a veces, el sufrimiento nos
puede hacer caminar más allá de
nuestras fronteras, disolver
nuestros prejuicios, y comenzar a
ver a Dios donde no lo habíamos
visto antes.
Tu eres la vida cuando confio en ti
ResponderEliminarTu eres la esperanza cuando me fio de ti
La fe es mi mayor necesidad
Señor que la fe no me abandone, te pido que me la refuerces