En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
-« ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
Un discípulo no es más que su maestro, sí bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.»
¡Qué importante es, Señor,
ResponderEliminaratinar en quien me guíe mejor hacia ti!
¡Qué importante es discernir un buen acompañante
que me conduzca hasta ti, verdadero camino!
¡Qué necesaria es una persona que vea tu luz
y sepa guiar hacia la luz!
GRACIAS POR TANTOS MAESTROS Q
ME REGALAN TU PRESENCIA..
Que tu luz, Señor, reflejada en los ojos
de otros nos hagan ver la LUZ..
Mejor será sacar nuestra viga que fijarse en la mota del otro……
ResponderEliminarNo juzgar a los demás es la tentación, tan frecuente de querer dominar.
Tu nos dices: mirar con ojos limpios, que no juzgan, no condenan, miran con benevolencia, no imponen ,no se es mas que el otro.
Limpia nuestros ojos,para que podamos verte.
Cuando pretendemos juzgar a nuestro prójimo, caemos, no sólo en la falta de caridad, sino también en la ceguera, porque una viga cubre entonces nuestros ojos, impidiéndonos juzgar rectamente. "Quién soy yo para juzgar “
ResponderEliminarEl peor ciego no es el que no quiere ver, sino el que no quiere saber que está ciego.
Cada conflicto en el que me veo
ResponderEliminarenvuelto requiere mi reflexión:
¿cómo comenzó?, ¿cómo puedo
resolverlo? Hasta que no examine
la parte que me toca del problema
no tengo derecho a criticar al otro.