En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo:
«Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer?
Dile que me ayude».
El Señor le respondió:
«Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará»
La mejor parte..
ResponderEliminarEstar contigo, Señor,
abrirse a tu presencia en medio de lo cotidiano,
contemplar con amor tu ser entre nosotros,
aprovechar cada instante como una puerta
para entrar en la plenitud de vida eterna que nos ofreces..
Marta y María, cualquiera de las dos,
centradas en ti, prefiriéndote en todo a ti,
sin descuidar la vida que corre entre sus manos..
La mejor parte..
Cuando te encuentras con Jesús, lo importante es escucharle.
ResponderEliminarPara que EL transforme nuestro interior,
Y así nuestras acciones y actitudes tengan sentido
Es necesaria la apertura y disponibilidad a la palabra y hacerla vida.
No hay mejor ni peor parte.
Parece que Jesús no piensa que la
ResponderEliminarcocina es el único lugar para las
mujeres.
Igual que Jesús hizo de María de
Betania una discípula, todas las
mujeres son llamadas a seguirle...
Como María de Nazaret dio a Jesús
al mundo, así deben hacerlo también
todas las mujeres.
Marta es una mujer atada todavía a lo que
ResponderEliminardecía la Torá, la ley.
María en cambio, transgredió las normas,
su postura a los pies de Jesús indica que
su actitud es de DISCÍPULA, que como
tantas otras mujeres escuchan a Jesús y
nos iluminan con sus experiencias.