En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
- «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones:
- «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
La vida no es una prueba de resistencia.
ResponderEliminarEs, más bien, un camino hacia la bondad.
El mundo espera el anuncio de que Dios es
amor a través del amor que ve en nosotros.
Si no es así, habremos vivido en vano.
Proclamar el reino no es hacer seguidores,
ResponderEliminarEs ayudar, servir, liberar………
Compasión y gratuidad.
Egoísmo o interés.
Son cualidades innatas en el hombre.
Pasar de una actitud a otra,
Es la tarea de toda mi vida.
Debo tomar conciencia de lo que he recibido.
Sólo cuando me decido a dar lo que he recibido,
Lleno de sentido el don que se me ha regalado.