En aquel tiempo entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: "Levántate y ponte ahí en medio". Y a ellos les preguntó: "¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?" Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: "Extiende el brazo". Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.
No hay un tiempo para hacer el bien
ResponderEliminary otro para descuidar el AMOR..
«Amaos unos a otros
como yo mismo os he amado»
Jesus nos libera de toda ley que esclaviza y impide buscar el bien propio y del hermano.
ResponderEliminarpor encima de todo esto "EL" coloca la dignidad de la persona humana.
Jesús más allá de un brazo
ResponderEliminarcon parálisis veía una vida
atrofiada, sin oportunidad
de tomar decisiones libres.
La fuerza sanadora le llega
a través de una palabra de
Jesús, que restablece su
capacidad de actuar y de
expresarse.