Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Hb 11, 1-2
ResponderEliminarLa fe es seguridad de lo que se espera
y prueba de lo que no se ve..
GRACIAS SEÑOR POR EL DON DE LA FE..
Yo creo que Dios duerme por dos motivos:
ResponderEliminarporque confía en nosotros y porque un buen
padre no es el te hace las cosa, sino el que
te apoya para que tu las hagas.
Dios está siempre conmigo, pero las cosas
me toca hacerlas a mí.
El miedo ante las dificultades,
ResponderEliminares la demostracion de nuestra escasa confianza,
y nuestra falta de Fe.
EL Señor va en nuestra barca, y no nos hundiremos si confiamos en EL.