En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
Se trata de sacar de nuestros sótanos
ResponderEliminarlo que el desgaste de la vida,
las heridas y el paso del tiempo han escondido,
lo mejor de nosotros mismos..
Como los niños: alegres, sencillos, inocentes, frescura, espontáneos, cariñosos……
ResponderEliminarSi en nuestro corazón no somos capaces de dejar que crezcan estas actitudes.
Nos va a ser muy difícil dejar que en nuestro interior crezca el Reino de Dios.
De los niños podemos aprender a confiar
ResponderEliminarcomo ellos, que saben que sus padres
están ahí para protegerlos, cuidarlos y
alimentarlos, siempre a favor de su vida
y su crecimiento.
¿Será eso lo que nos quiere decir Jesús,
que confiemos más en nuestro Padre Dios?