En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Maria reconoce la fuerza del Espíritu,
ResponderEliminarque esta actuando dentro de ella,
lo escucha,y lo medita en su corazón.
Nosotros debemos estar también,
en una actitud de escucha y reflexión,
para poder dar vida a ese AMOR que llevamos dentro de nosotros,
y que puja con gran fuerza,para salir afuera,
para poder amar a todas las personas.