En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que
se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la
mano en la cabeza, y vivirá.» Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto,
una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por
detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se
curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha
curado.» Y en aquel momento quedó curada la
mujer.
Jesús
llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente,
dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él. Cuando
echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Dejarme tocar por el Padre..
ResponderEliminarEntrar en contacto..
Y recibir la VIDA..
¡Despierta!
ResponderEliminarNo permanezcas dormido,impasible,
contemplando lo que sucede a tu alrededor,
como si nada sucediera......
Atrévete a volar.
Si no afrontas el riesgo, no encontrarás la Vida.
No nos quejemos cuando andamos tristes, apagados,
ResponderEliminarindecisos........
La culpa es nuestra porque no acabamos de conectarnos, fiarnos.....
nuestra vida está capacitada para iluminarse.
Toda la energía está a nuestra disposición,
solo tenemos que tocar la fuente de energía.