En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta
generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la
plaza, que gritan a otros: "Tocarnos la flauta y no bailáis, cantamos
lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y
dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y
decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin
embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»
Dos formas distintas de entender la vida:
ResponderEliminarJuan Bautista: vivía en el desierto, vestía y
comía con radical austeridad.
Jesús: vivía entre la gente, vestía una túnica
valiosa y asistía a bodas y banquetes sin reparo alguno.
Está claro que para Jesús, lo más importante
no son sacrificios y renuncias, sino contagiar
vida y felicidad a los demás.
El mensaje es sencillo y radical,
ResponderEliminarhabla del amor, el amor es entrega total,
no impuesto ni obligado , brota de dentro,
muchas veces miramos para otro lado ,
tranquilizamos nuestras conciencias con cumplimientos ,
y seguimos viviendo como antes,
con nuestra pequeños odios y rencores, egoísmos……..
y nos alejamos del mensaje,
sin comprender que lo que Jesús nos ofrece,
vivir una vida verdaderamente plena y feliz.