En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los
vendedores,
diciéndoles:
-«Escrito
está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una
"cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el
templo.
Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Rumio tu palabra, la digiero,
ResponderEliminary me escuecen las entrañas..
Así es tu palabra, Señor,
que cae como la lluvia y fecunda mi tierra..
Y hace que me abra para que germine la semilla..
Y al abrirme me rompo, me duele..
Porque me llamas a proclamar tu verdad..
Y no sé si soy digna..
Para quienes ven en Jesús el nuevo templo,
ResponderEliminardonde habita Dios, todo es diferente,
para encontrarse con Dios, no basta entrar en una iglesia,
es necesario acercarse a Jesús,
entrar en su proyecto, seguir sus pasos,
vivir con su espíritu.