En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos
que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos:
«¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de
tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios
le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó
acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo
contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero
salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su
país.
La mayoría de las veces, nosotros,
ResponderEliminartambién le decimos a Jesus: que se marche.....
que se aleje y que nos deje con nuestros cerdos,
con los que vivimos mejor,
a pesar que junto a nosotros haya,
demonios llenos de violencia y muerte.