En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.
Col 2, 6-15 Rebosad de agradecimiento..
ResponderEliminarDarte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, por tu presencia,
por tu bondad, por tu fidelidad..
Pq me mantienes enraizad@ en ti..
Pq me sostienes, pq me perdonas,
pq me unes a ti
desde lo más íntimo de tu amor
que supera todo lo que imagino..
Pq me llamas a la plenitud..
GRACIASSSSSSSSSSSS
Como la gente de entonces, también nosotros
ResponderEliminarpodemos tocar y experimentar el poder de Jesús
si escuchamos su palabra.
En la oración y en la escucha de su palabra,
ResponderEliminarencontramos el alimento del amor,
tan necesario para poder tocarle,sentirle,
recibir esa vida que desborda,
esa paz que contagia.